Constantemente estamos haciendo
elecciones, tanto conscientes como inconscientes, acerca de lo que queremos y
de lo que no queremos.
Con frecuencia, cuando pensamos
en lo que no queremos, nos quedamos enganchados, pillados, con las sensaciones
y emociones que nos produce lo que no queremos. Por más que intentemos no
pensar en lo que no queremos sigue en nuestra mente. Esto sólo hace que lo que
no queremos esté aún más presente, que tenga más masa y más energía, que sea
más pesado, y que con cada pensamiento que le dediquemos tenga aún más y más
energía.
Lo que muchas personas intentan
hacer cuando esto les pasa, es no pensar en ello, sin embargo con esta actitud
lo único que conseguimos es que lo que no queremos tenga aún más masa. Un
ejemplo que seguro que habrás oído ya: no pienses en un elefante rosa.
Ahora fíjate ¿en qué es lo
primero que has pensado? En un elefante rosa, ¿verdad? Y fíjate que la sola
imagen es ridícula, e imposible, porque sabes que los elefantes no son de color
rosa, pero aún así aunque sólo sea de refilón y por un segundo has tenido la
imagen en la mente.
Lo mismo pasa con los
pensamientos que tenemos. Cuando pensamos en dejar de fumar, por ejemplo, lo
primero que nos suele pasar por la mente es una imagen nuestra fumando, o
haciendo lo que no queremos hacer.
En este momento piensa en algo
que no quieras, da igual que sea algo por lo que sientes un gran rechazo, o sólo
una sensación de incomodidad. Puede ser alguien que no te gusta cómo te habla,
algo que no te gusta cómo es,…
Ahora, sólo por un instante,
permítete sentir las emociones que ese tema te produce. Sólo deja estar aquí
cualquier emoción: rechazo, dolor, rabia, y siéntela, no es agradable, pero
confía en mí, sólo es el primer paso para dejarlo ir. Sigue haciéndolo sin
oponerte, sin resistirte a la emoción.
¿Ahora podrías simplemente soltar
el deseo de aferrarte a esa emoción? Ya sé que no “crees” que te estés aferrando, agarrando, a esa emoción, pero
siempre que hay una emoción de la que no nos podemos desembarazar, de alguna
manera nos aferramos a ella. Así que tanto si crees que te aferras a ella, como
si no, te recomiendo que te hagas la pregunta “¿Podría soltar el deseo de
aferrarme a esa emoción?”
¿Y ahora podrías soltar esa
emoción?
¿La soltarías?
¿Cuándo? Recuerda que “cuando”
sólo es una invitación a soltarla ya.
Haz varias rondas de este
ejercicio, hasta que no sientas esa emoción, o hasta que no te sea incómoda. Es
importante que desactives la emoción completamente, recuerda que puedes hacer
este ejercicio en cualquier lugar, en cualquier momento, durante el tiempo que
sea necesario.
A continuación piensa en lo que
quieres, es decir, el opuesto a lo que no quieres. Siente qué emoción o
sensación aparece cuando piensas en lo que quieres. Sé especialmente consciente de si hay
algún sentimiento de rechazo, de resistencia, incluso de temor, cuando piensas
en lo que quieres.
Ahora suelta esa emoción tanto
como puedas. Recuerda que un poco es suficiente.
¿La soltarías?
¿Cuándo?
Sigue haciendo varias rondas de
estas preguntas, hasta que haya desaparecido, o se haya atenuado la emoción.
Has dado el primer paso para permitir que la Ley de la Atracción funcione para tí, si no hay bloqueos no hay obstáculos entre tí y la Ley de la Atracción. Ese el es valor que esta técnica tiene, permite que los pensamientos y creencias que se interponen entre tú y la Lay de la Atracción desaparezcan, desapareciendo también el gasto extra de energía en mantener esas creencias y bloqueos, con lo que la puedes utilizar para crear lo que quieres. Próximamente hablaré de las acciones.
Que tengas un buen día, y que
encuentres pronto lo que quieres.