Cuando el Profesor Thomas Scotto de la Universidad de Essex en Reino Unido invitó al embajador de Israel a dar una charla sobre Ciencia Política en la Universidad esperaba que se originara un interesante debate entre los estudiantes y el conferenciante.
Esperaba que muchos estudiantes retaran al embajador con
preguntas a lo mejor no muy cómodas, y que éste expusiera sus puntos de vista y
se originara un intercambio de ideas destinado, como es usual en las
Universidades, a hacer pensar y reflexionar a los estudiantes y a que como
consecuencia se replanteen sus puntos de vista que es la base del conocimiento,
un tesoro cuidado en todas las Universidades que se precien de serlo.
Muchos estudiantes llevaban hojas llenas de notas, preparados
para hacer preguntas al conferenciante.
Su gozo en un pozo.
Una ruidosa protesta en el exterior de la conferencia y más
tarde la amenaza de arrasar el lugar de la conferencia, impidieron al embajador
hablar.
La seguridad de la Universidad entonces dijo que no podían
garantizar la seguridad del evento.
Que tiren esa estatua
En la Universidad de Oxford, la fachada del Oriel College a
unos dos pisos de altura, muestra una estatua que data de 1911 de Cecil Rhodes,
que fue alumno de ese College y cuyo nombre se usó para dar nombre a un país:
Rodesia, en inglés Rhodesia.
Rhodes fue un claro exponente del colonialismo inglés, y por
eso se organizaron protestas que querían que esa estatua se quitara de la
Universidad, a pesar de formar parte de la historia. Como si el hecho de quitar
la estatua cambiara la historia en algo.
El instigador de la campaña, un sudafricano, alega que es muy
desagradable pasar todos los días por delante de la figura de un colonialista
como Rhodes que cometió crímenes de colonialismo.
Lo más sorprendente es que Rhodes, que era millonario,
instituyó unas becas para que estudiantes africanos pudieran ir a estudiar a
Oxford, con todos los gastos pagados. Y lo mejor es que este estudiante está en
Oxford gracias a esa beca, es decir, gracias a Rhodes.
Cuando este estudiante es acusado de hipocresía se defiende
diciendo que ese dinero lo robó Rhodes primero.
Derechos Humanos
Maryam Namazie es una activista por los derechos humanos
mujer, nacida en Irán y nacida musulmana con todo lo que eso implica y que es portavoz
del consejo de Ex musulmanes. Aboga por el feminismo, el secularismo, la
libertad de expresión y contra el extremismo islámico.
Aparentemente, por tanto,
y como defensora clara de los derechos de las mujeres en contraposición con
conductas extremistas se podría decir que suscitaría cierta resistencia en
entornos digamos no tan abiertos a los derechos de los demás como los
extremistas islámicos.
En 2015 a Namazie se le prohibió dar la charla que tenía
programada en la Universidad de Warwick en Reino Unido. Posteriormente y dada
la repercusión mediática que tuvo esa clase de censura en una institución
académica que debería fomentar el debate y la discusión de distintas ideas el
presidente del sindicato de estudiantes la volvió a invitar, aunque él dice que
no tiene nada que ver con la repercusión mediática ¿tú te lo crees?
Cuando a Namazie la invitó a hablar sobre apostasía y
blasfemia en la era de ISIS en el Goldsmith College de la University of London,
la Sociedad Atea, Secularista y Humanista, esta sociedad informó a la Sociedad Islámica
de Goldsmith.
La sociedad islámica, por correo electrónico informó que tenerla
hablando lo consideraban como una violación de su “zona segura”, un término que
parece bastante más relacionado con la guerra que con una mujer de mediana edad
que va a dar una charla
en la universidad. Añadieron además que lo que Namazie iba a hacer era
incitar al odio.
El vídeo
Hay un vídeo de su “charla” si así se puede llamar en You
Tube. Digo si así se puede llamar porque en realidad se ve a una mujer
intentando hablar de forma educada y cortés.
Mientras, un grupo de hombres
jóvenes islámicos entran, haciendo toda clase de ruidos, interrumpiéndola con
toda clase de sonidos, levantándose y sentándose, andando por la habitación, en
definitiva, impidiéndole hablar, mientras se ríen y se burlan de ella, se ponen
delante, en definitiva unas escenas muy agresivas por parte de quienes
aparentemente la denuncian a ella por odio.
En un momento dado ella se harta y les dice “cállate o vete”
y lo repite una y otra vez mientras ellos siguen increpándola. La respuesta de
estos robustos hombres veinteañeros es que ella les “está intimidando”. Por
supuesto este chico no parece nada intimidado, por el contrario, incluso el
tono con el que lo dice es agresivo e intimidante.
En un momento determinado uno dice “safe space”, es decir, espacio
seguro mientras cruza sus brazos sobre su pecho como intentando defenderse de
¡las palabras! Es un espectáculo bastante patético por parte de los saboteadores del acto.
Por supuesto cuando una chica se acerca a otro universitario
que está de pié al lado de ella interrumpiéndole le mandan a sentarse, al fin y
al cabo es una mujer. Es decir un absoluto espectáculo de violación de los derechos
y la dignidad de las mujeres que necesitó que se llamara a seguridad porque se
negaban a dejar de interrumpir y hacer ruido. También cierran el proyector en
el que ella está enseñando una diapositiva.
Como en un momento de la charla dice Namazie “me alegro de
que veáis esto porque nada de lo que yo diga puede ser tan explicativo de lo
que digo como esto” refiriéndose a lo que le están haciendo. Estos muchachos
llegan a ser físicamente intimidantes y en un momento dado si ves el vídeo
temes por la integridad física de esta conferenciante.
Si quieres ver el vídeo aquí está, y aunque no hables inglés es bastante entendible la tensión de lo que está pasando.
Intolerancia en las Universidades
En Goldsmith también cuentan con el poco dudoso honor de
haber prohibido hablar a una humorista feminista que aboga por el modelo
escandinavo de prostitución en el que se criminaliza a los clientes para acabar
con el trato inhumano a las prostitutas y la lacra de la prostitución.
Parecería que los únicos potenciales agredidos por Kate Smuthwaite serían los
potenciales clientes de las prostitutas, eso a pesar de que ella no mencionaba
el tema de la prostitución en su actuación que irónicamente trataba de la
libertad de expresión.
La revista Spike ha publicado un artículo en el que encontró
que el 80% de las Universidades británicas (cuatro de cada cinco) habían
restringido o censurado actividades en sus campus más allá de los
requerimientos legales.
Y estas son sólo unas pocas muestras
de la intolerancia que se está instalando en las universidades británicas y
americanas. Parece que algunas personas están en contra de la libertad de culto
mientras al mismo tiempo dicen que la defienden, es decir, no permiten que
ateos por ejemplo hablen del derecho a ser ateos porque lo encuentran agresivo
e inmediatamente aluden a la safe zone o zona segura.
El cuadro ofensivo
Las cosas han ido tan lejos que en la Universidad de Columbia
los sindicatos estudiantiles han presionado para que el cuadro “El rapto de
Proserpina” una obra del siglo XVII de Rubens no se enseñe sin una advertencia
diciendo que contiene una descripción de una violación.
Los pequeños Robespierre
El interesante artículo
del historiador británico y profesor de historia en Harvard Niall Ferguson
expone si debemos considerar estos ejemplos como muestras de pequeños
Robespierre o si simplemente son el producto de una generación malcriada hasta
el extremo de querer que todo cambie y si no “no respiro” (esta última
expresión es mía, no de Niall).
El planteamiento general es que estamos creando una
generación de seres incapaces de afrontar cualquier cosa que contradiga lo que
ellos quieren ver u oír, o hacer, es decir no soportan un no, y por tanto
exigen, muchas veces de forma más violenta que la supuesta violencia que
denuncian, que los demás actúen como ellos quieren y que, básicamente la
libertad de expresión se acabe, sustituyéndola por su propio concepto de
libertad de expresión.
Decanos de Universidades de todo Estados Unidos están
dimitiendo (Missouri, Claremont McKenna’s, etc). El 40% de los Millenials
(gente entre 18 y 34 años) americanos quieren que haya censura para las
afirmaciones que puedan herir la sensibilidad de las minorías. El problema es
el concepto herir la sensibilidad, si has visto el vídeo para esos chicos
autócratas Namazie hería su sensibilidad, cuando en realidad era al contrario y
la estaban intimidando físicamente.
Woodrow Wilson es uno de los presidentes norteamericanos cuyo
nombre figura en Princeton y que los estudiantes quieren que se borre por sus
ideas segregacionistas…Sin embargo lo más importante no es que se quiera
defender unas ideas, sean las que sean, sino esa arrogancia con las que
pretenden acabar con las de los demás, y cuyos cultos, credos, creencias, etc
no tienen ningún valor
en comparación con las tuyas, ¿acaso esto no es censura, tan mala como la que
había en España en la época de Franco, y no lo olvidemos, Franco era un
dictador?
Es el nuevo fascismo, el que llama al otro fascista pero no le deja
expresar sus ideas, es decir un fascista disfrazado de antifascista.
Los estudiantes de Brandeis en uno de sus foros explican sus
opiniones, como “rehusamos relacionarnos con cualquiera que crea que la
seguridad y la liberación de los estudiantes es una opinión”. Parece más que
esté escrito por el dictador de Corea del Norte que por unos privilegiados estudiantes
universitarios.
Los Puritanos
Dice Niall Ferguson “Con su hambre por “espacios seguros”, su
revuelta contra la discusión racional (sin mencionar a Halloween), su estado mental
fundamentalmente no liberal y realmente irracional, los que protestan me
parecen no “pequeños Robespierre” sino herederos naturales de los Puritanos
(creencias religiosas cristianas pero mucho más estrictas que las imperantes en
Inglaterra en la época en que huyeron hacia América) que fundaron las colonias
británicas en Nueva Inglaterra (Estados Unidos). “
Y sigue “es una tremenda ironía que estén interrumpiendo la
vida normal en Yale y Harvard, esas antiguas universidades que lucharon duro
durante mucho tiempo para estableces el derecho a la libre expresión en un
entorno intelectualmente hostil creado por el celo de quienes primero se
asentaron en esa zona.
“¿Ahora - se pregunta Niall en un magistral artículo en The Sunday
Times- cuál es el emoticono para vuelta
al mundo real?”
Los Millenials anglosajones
Visto el percal no te extrañará las fricciones que hay en
empresas donde hay un número considerable de Millenials. Existen empresas donde
se está primando contratar a gente de mayor edad porque plantean menos problemas y no se
quiere convertir las empresas en un continuo piquete estudiantil.
Los mayores problemas que enfrentan las empresas que tienen a
millenials contratados es su falta de autonomía. Hay que dárselo todo masticado,
hay que explicárselo todo (en general, por supuesto también hay excepciones) se quejan sus jefes.
Como me decía un director de Recursos Humanos estadounidense “con mis hijos en
casa tengo bastante, no quiero tener una guardería en mi trabajo con gente
preguntando cada cinco minutos porque no son capaces de tomar decisiones
ni de valorar las situaciones”
En la empresa en la que trabaja mi hermana este año se “prohibió”
poner ningún signo religioso (árbol de Navidad o Belén) en Navidades para no
herir la sensibilidad de nadie. Como ella decía es ridículo porque somos todos
españoles y no hay nadie que sea por ejemplo islámico y antes nadie protestó.
Alguien al día siguiente tomó la iniciativa y puso los adornos de otros años. Y
todos dijeron que qué bonito que menos mal que alguien se había “atrevido” a
hacerlo.
Como agnóstica que soy, nunca me han molestado las expresiones religiosas del
rito que fueran, y en mi casa nunca me dijeron que tenía que ser tolerante con
las ideas religiosas de los demás, porque era algo obvio, era algo básico en la exigencia de educación en mi relación con los demás que se exigía en casa.
Lo que vemos con muchos Millenials, afortunadamente en España
muchísimo menos que en el ámbito anglosajón, es una incapacidad de adaptación
generalizada derivada de una creencia, falsa, de que se lo merecen todo y si no
lo tienen sólo tienen que llorar un poco para conseguirlo. Si al menos este
tipo de comportamiento les produjera mayor bienestar y felicidad habría al
menos un beneficio para ellos.
El hecho es que los Millenials tienen mayores
niveles de estrés, percibido y real, que personas de mayor edad, incluso entre
las que tienen más dificultad para encontrar un trabajo. Duermen menos y se
despiertan más por la noche. Tienen menos capacidad para gestionar sus
emociones, y, en general son más infelices, a pesar del cuento que nos han
vendido de que son más libres y tener acceso a tanta información les hace estar
más informados.
En definitiva, o cambiamos algo en la educación de los niños o
vamos hacia el grado avanzado de los Millenials, con aún peores perspectivas. Y
sobre todo, hay que mejorar la tolerancia a la frustración.
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