Los objetivos que
nos planteamos, y que si no nos planteamos nos deberíamos plantear como nuestro
Plan de Vida, son importantes. Muy importantes.
Y es que sin
objetivos (de vida, de carrera, de relación) nos sentimos vacíos, y nos
limitamos a sobrevivir día a día mientras hacemos las tareas cotidianas y
rutinarias que muchas veces son, precisamente, las que nos mantienen en ese
estado de supervivencia, de hacer tareas a las que le damos una importancia que
a menudo no tienen, y que nos sirven de excusa para no "vivir" de
verdad. Por eso a ese estado de supervivencia le llamo "Vivir de
Mentira".
Es decir, imagina
que tienes 80 o 90 años, y te preguntan qué has hecho cuando tenías la edad que
tienes ahora, ¿qué contestarías?: Siempre tuve la cocina recogida, la casa
limpia, iba todos los días a trabajar, me tomaba un café a media mañana, ví la
televisión, llevaba a los niños al colegio, ponía la lavadora, compraba el
periódico todos los domingos, me conformaba porque tenía un trabajo y otros no
…u otra lista de tareas.
¿Y si te preguntan
entonces cuáles de todas esas tareas te hacían feliz, o cómo te sentías
haciéndolas?
Todas esas cosas son importantes, no deberías dejarlo todo para
dedicarte a cantar, por ejemplo. Esas cosas son necesarias, pero también lo es tu felicidad, y tu vida. Si no hicieras esas
cosas te sentirías mal, pero puedes también buscar un hueco para hacer las
cosas que te dan vida.
Imagina por un
momento que tienes una empresa. Y que tu activo, en lugar de máquinas y
propiedades, es tu tiempo. ¿Acaso no querrías utilizar las máquinas, las
propiedades, de manera que dieran la
mayor cantidad de productos que puedas vender posible?
Pues imagina que
dejas que las máquinas no funcionen, porque no las pones en marcha, pero gastas
dinero en mantenerlas limpias, con el mantenimiento apropiado, y al mismo
tiempo no las quieres vender. Estarías pagando un coste de oportunidad muy
grande, al mantener tu inversión improductiva. Pues lo mismo con tu tiempo.
Determinar cuáles
son las cosas que te hacen feliz, que hacen que tu vida valga la pena ser
vivida, te sirve también para poder descubrir
cosas que no son materiales, a las que no les dabas importancia
probablemente, porque estabas ocupado, como la sonrisa de tu hijo, un abrazo de
tu madre, ver el bonito color azul del cielo hoy y disfrutarlo. Todo eso es
gratis. Sin embargo no se puede comprar. Cuando pasa el momento no se puede
recuperar. Y sin embargo es mucho más valioso que cualquier otra cosa que haya
en el mundo.
No hace mucho ví
cómo un niño, cuya emoción predominante es más bien el aburrimiento, que no se
ríe casi nunca, reírse a carcajadas mientras jugaba a las cartas, juego que
acababa de aprender y que, al ser de "adultos" le hacía sentirse
"mayor". Mientras tanto, su padre, y su madre, mandaban y leían
mensajes en sus respectivos teléfonos. Me pregunté cuántos años tardarían esos
padres en darse cuenta de lo "importantes" que eran esos mensajes, y
de lo realmente importante que era ver a su hijo disfrutar de aquella manera,
cuando aún era un niño.
¿Cómo no vamos a tener unos niños totalmente desconectados y desconcertados con sus emociones, si los padres huyen de las suyas buscando "juguetes" que oculten el vacío interior que sienten, y contribuyendo aún más, si cabe, al vacío que sus hijos sienten, enseñándoles que cuando se sienten mal hay que huir, hay que buscar un juguete?
¿Cómo no vamos a tener unos niños totalmente desconectados y desconcertados con sus emociones, si los padres huyen de las suyas buscando "juguetes" que oculten el vacío interior que sienten, y contribuyendo aún más, si cabe, al vacío que sus hijos sienten, enseñándoles que cuando se sienten mal hay que huir, hay que buscar un juguete?
¿Y qué pasará
cuando no puedan comprarse otro juguete, tanto los padres como los hijos, y los
que tienen les aburran? ¿Qué van a hacer sin juguetes si su concepto de vida se basa en esos juguetes,
llámense coches, Ipads o videojuegos?
¿Qué piensas tú de tu vida?