martes, 31 de enero de 2012

Vivir de Verdad, Vivir de Mentira




Los objetivos que nos planteamos, y que si no nos planteamos nos deberíamos plantear como nuestro Plan de Vida, son importantes. Muy importantes.

Y es que sin objetivos (de vida, de carrera, de relación) nos sentimos vacíos, y nos limitamos a sobrevivir día a día mientras hacemos las tareas cotidianas y rutinarias que muchas veces son, precisamente, las que nos mantienen en ese estado de supervivencia, de hacer tareas a las que le damos una importancia que a menudo no tienen, y que nos sirven de excusa para no "vivir" de verdad. Por eso a ese estado de supervivencia le llamo "Vivir de Mentira".

Es decir, imagina que tienes 80 o 90 años, y te preguntan qué has hecho cuando tenías la edad que tienes ahora, ¿qué contestarías?: Siempre tuve la cocina recogida, la casa limpia, iba todos los días a trabajar, me tomaba un café a media mañana, ví la televisión, llevaba a los niños al colegio, ponía la lavadora, compraba el periódico todos los domingos, me conformaba porque tenía un trabajo y otros no …u otra lista de tareas.

¿Y si te preguntan entonces cuáles de todas esas tareas te hacían feliz, o cómo te sentías haciéndolas?

Todas esas cosas son importantes, no deberías dejarlo todo para dedicarte a cantar, por ejemplo. Esas cosas son necesarias, pero también lo es tu felicidad, y tu vida. Si no hicieras esas cosas te sentirías mal, pero puedes también buscar un hueco para hacer las cosas que te dan vida. 

Imagina por un momento que tienes una empresa. Y que tu activo, en lugar de máquinas y propiedades, es tu tiempo. ¿Acaso no querrías utilizar las máquinas, las propiedades, de  manera que dieran la mayor cantidad de productos que puedas vender posible?

Pues imagina que dejas que las máquinas no funcionen, porque no las pones en marcha, pero gastas dinero en mantenerlas limpias, con el mantenimiento apropiado, y al mismo tiempo no las quieres vender. Estarías pagando un coste de oportunidad muy grande, al mantener tu inversión improductiva. Pues lo mismo con tu tiempo.

Determinar cuáles son las cosas que te hacen feliz, que hacen que tu vida valga la pena ser vivida, te sirve también para poder descubrir  cosas que no son materiales, a las que no les dabas importancia probablemente, porque estabas ocupado, como la sonrisa de tu hijo, un abrazo de tu madre, ver el bonito color azul del cielo hoy y disfrutarlo. Todo eso es gratis. Sin embargo no se puede comprar. Cuando pasa el momento no se puede recuperar. Y sin embargo es mucho más valioso que cualquier otra cosa que haya en el mundo.

No hace mucho ví cómo un niño, cuya emoción predominante es más bien el aburrimiento, que no se ríe casi nunca, reírse a carcajadas mientras jugaba a las cartas, juego que acababa de aprender y que, al ser de "adultos" le hacía sentirse "mayor". Mientras tanto, su padre, y su madre, mandaban y leían mensajes en sus respectivos teléfonos. Me pregunté cuántos años tardarían esos padres en darse cuenta de lo "importantes" que eran esos mensajes, y de lo realmente importante que era ver a su hijo disfrutar de aquella manera, cuando aún era un niño. 

¿Cómo no vamos a tener unos niños totalmente desconectados y desconcertados con sus emociones, si los padres huyen de las suyas buscando "juguetes" que oculten el vacío interior que sienten, y contribuyendo aún más, si cabe, al vacío que sus hijos sienten, enseñándoles que cuando se sienten mal hay que huir, hay que buscar un juguete?

¿Y qué pasará cuando no puedan comprarse otro juguete, tanto los padres como los hijos, y los que tienen les aburran? ¿Qué van a hacer sin juguetes si  su concepto de vida se basa en esos juguetes, llámense coches, Ipads  o videojuegos?

¿Qué piensas tú de tu vida?  

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