jueves, 22 de diciembre de 2011

Oprah Winfrey




Oprah Winfrey es la presentadora mejor pagada del mundo. Es la más rica emprendedora de orígenes humildes, hecha a sí misma, del mundo. Es la persona afroamericana más rica del siglo XX.
Siempre aparece en las primeras posiciones en las listas de creadores de opinión más influyentes del mundo.
Se le ha llamado, con razón, la mujer más influyente del mundo.
En este momento tiene un programa en la televisión americana, Oprah’s Lifeclass (Las clases de vida de Oprah).
Pero no siempre fue así.
De orígenes humildes, la madre de Oprah era una adolescente soltera, cuando en 1954 dió a luz a Oprah, que se quedó a vivir en una granja en el campo con su abuela.
Su abuela la enseñó a leer desde muy pequeña, y a los 3 años recitaba poemas.
A los seis años se fue a vivir con su madre, que trabajaba en una casa en el servicio doméstico. Durante las largas horas que permaneció sola, mientras su madre trabajaba, fue violada numerosas veces por parte de parientes. Los abusos siguieron hasta que tenía 13 años.
Huyó a continuación, para ser enviada a un centro de detención juvenil, en el que no llegó a entrar porque estaba lleno. A los 14 años se encontraba sola, sin casa, y el hijo que había tenido había muerto, por lo que se fue a vivir a Tennessee con su padre, quien a pesar de someterla a una estricta disciplina, veló por su bienestar y su seguridad. Oprah consiguió convertirse en una estudiante destacada, hasta que a los 17 años fue elegida Miss Black Tennessee y a continuación consiguió su primer trabajo en la radio. Después de conseguir una beca para estudiar en la Universidad del Estado, acabó dejando la Universidad para desempeñar su primer trabajo como reportera en la televisión.
En 1985 comenzó el programa The Oprah Winfrey Show, que acaba de terminar para empezar el programa Oprah’s Lifeclass en su propio canal de Televisión. En medio hay una destacable actuación en la película El Color Púrpura, por la que fue nominada al Oscar.
Posee además dos revistas, y su programa, se centra, fundamentalmente, en cómo tener una vida saludable, en valores espirituales y en autoayuda.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Liz Murray: De Sin Techo a Harvard





Liz Murray describe el apartamento en el que pasó su infancia como un lugar sucio, en el que las drogas siempre estaban presentes. Para ella era “normal” “entrar en la cocina y encontrar a sus padres inyectándose drogas”. Sus padres estaban tan desesperados por conseguir droga que vendían lo que fuera con tal de conseguir unos dólares.

Una mañana Liz se levantó y descubrió que su madre había vendido el abrigo de su hermana menor. Ella era el único miembro de la familia que tenía un trabajo. A los 9 años comenzó a trabajar embolsando comida en supermercados y poniendo gasolina.

Cuando tenía 10 años se enteró de que su madre tenía SIDA. En lo años que siguieron cuidó de su madre que además de SIDA tenia tuberculosis. Cuando su madre murió en 1996 pensó en qué es lo que tenía que hacer para no terminar igual que su madre, y decidió que tenía que volver al colegio. Tenía 15 años y vivía en la calle. Su padre vivía en la calle y las había abandonado a ella y su hermana. A pesar de sus malas notas la aceptaron en un colegio público, donde no sabían que vivía en la calle. Se esforzó en los estudios y estudió un curso doble, y a pesar de que estudiaba en una escalera consiguió sacar excelentes notas. La experiencia fue todo lo que ella esperaba que fuera. Le encantaba aprender.

Liz solicitó una beca del New York Times para estudiantes necesitados, recibió una beca de 12.000 dólares para cada año en la Universidad. Los lectores del New York Times se conmovieron tanto con su historia que donaron otros 200.000 dólares .

Liz usó su beca para ir a Harvard. Cuenta que cuando visitó el campus de Harvard con su Instituto “decidió” que estaba a su alcance. Se preguntó “porqué no podía conseguirlo si realmente lo deseaba” y “qué hacía a quienes estudian allí diferentes de ella”.  Cuando recibió la carta de admisión gritó de alegría. Sintió que tenía alas y que podía hacer lo que se propusiera. Cuando su padre, que estaba en la calle, enfermó dejó la Universidad para cuidar de él. Volvió a la Universidad, y su padre murió poco después de SIDA.

Se graduó en Harvard en 2009 y hoy tiene su propio negocio ayudando a otros a cambiar sus vidas.

“Quiero que veáis el cuadro” dice.”Estamos todos interconectados; es un círculo. Son las personas las que hacen la diferencia en la vida de otras personas. Un sueño sin apoyo es como un avión sin alas”.

Menciona especialmente al director del Instituto en el que le admitieron “si me hubiera dicho que no hoy no estaría aquí”.


viernes, 2 de diciembre de 2011

5 Estrategias para Superar el Estrés




Todos, en algún momento de nuestra vida nos enfrentamos con situaciones, o momentos, en los que no sabemos qué hacer, cómo reaccionar, suelen ser momentos en los que no queremos ni siquiera reaccionar o reaccionamos sin poder controlar la reacción.

Nos sentimos demasiado cansados, poco esperanzados, demasiado pendientes de los pensamientos negativos que bombardean nuestra cabeza y que sabotean cualquier pensamiento positivo que aparezca, o cualquier idea con la que podamos salir de ese estado. 

Sentimos ansiedad.

Esa es la razón de escribir esta entrada, donde te voy a dar 5 claves que puedes utilizar para cualquier situación que te sientas incómodo, y que no sustituyen a ayuda especializada.

Cambiar nuestros pensamientos, los que nos mantienen anclados en donde nos encontramos ahora, no es fácil, pero es posible. 

Si sigues pensando y haciendo lo mismo, obtendrás los mismos resultados, si son buenos ya sabes qué es lo que puedes seguir haciendo, si no deberías cambiar de plan o estrategia, si lo que realmente quieres es cambiar las cosas.

Puede que aunque intentes cambiar la estrategia, el plan, y todo lo que puedes cambiar, aún así no se produzcan cambios, pero si no lo sigues intentando incluso cuando tengas ganas de rendirte y no puedas más, seguirás obteniendo lo mismo.

1. Cambiar tus pensamientos. No se trata de “pensar en positivo” ya que esto es más fácil decirlo que hacerlo, la mayoría, cuando tenemos un problema y sentimos ansiedad o estrés, pensamos en el problema una y otra vez, y por mucho que “queramos” y pongamos nuestro empeño en pensar en positivo no conseguimos hacerlo. 

La razón es que las emociones negativas son tan intensas que no nos “dejan” pensar en positivo, pero el soltar la emoción negativa te ayuda a empezar a pensar en positivo, pero de manera realista sin engañarte ante una situación difícil o dolorosa.

2. Define tu objetivo. Con frecuencia pensamos o sabemos qué es lo que queremos hacer, pero como el cómo se nos antoja muy difícil, como no vemos cuáles son los pasos a seguir para encaminarnos hacia el objetivo, sentimos estrés y desistimos, nos rendimos. 

Como alternativa, podemos pensar en estar atentos al cómo, simplemente estando prestando atención a lo que nos rodea, como si fuéramos un artista en busca de ideas para su trabajo, nosotros vamos a buscar, esa es la meta, no encontrar, porque si la meta es encontrar y no encontramos nos sentiremos frustrados de nuevo.

Es importante también que escribas tus objetivos, eso ayuda a que los concretes aún más, o a que mientras lo escribes se te ocurran ideas que puedas poner en práctica para lograr su consecución.

3. Rodéate de cosas y personas que apoyen tus objetivos. Este es un punto vital. Hay personas que de manera natural “permiten” que tus ideas fluyan, haciendo incluso que tengas más ideas, apoyando las que tienes, o señalándote alternativas.

Ya que estamos embarcados en un proyecto, sea de lo que sea,aunque se llame superar el estrés,  todo lo que aporte o apoye el buen fin del mismo es bienvenido y debe ser preferido, sin reservas a lo que lo obstaculice, no lo haga avanzar o incremente tus niveles de estrés y ansiedad.

4. Problemas y obstáculos. Se trata de buscar las soluciones, las alternativas que hay a cualquier problema, no en centrarnos en el problema. 

Una buena forma de hacerlo es dedicar un tiempo cada día para hacer un balance, datos puros, es decir, cuál es el problema o situación, cómo podemos aproximarnos a él, alternativas, valoración de alternativas y toma de decisiones. Y si no hay solución al problema, intentar tomártelo lo mejor que puedas, porque a veces no hay nada que hacer y rendirse (para poder descansar) es la mejor opción. Por ejemplo si un familiar tiene una enfermedad grave y no hay tratamiento, podemos seguir buscando información de cosas y tratamientos que le puedan ayudar, pero si probado todo no hay nada que hacer, rendirnos nos ayudará a apoyar a la persona que tiene la enfermedad y a no gastar energías de forma inútil.

Si la decisión tomada no nos convence podemos seguir haciendo este ejercicio hasta que encontremos una solución que nos satisfaga, o bien para encontrar una solución mejor.

5. ¿A qué esperas? Si no empiezas nunca vas a hacerlo. Para empezar a caminar hay que dar el primer paso. 

Puede que te equivoques, pues aprendes y rectificas, puede que lo hagas bien, pues aprendes de ello también. 

Pero en cualquier caso, si sigues teniendo en tu mente qué hacer y no lo haces estás perdiendo un valioso tiempo, que nunca va  a volver.

6. Persiste. Nadie nació sabiendo andar, y lo primero que hay que hacer es dar un paso, y caerse, para aprender, recuérdalo.
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