Aviso, aquí va una entrada
larga…
¿Has asistido o visto alguna
charla de motivación? ¿Cúanto tiempo te duraron los efectos?
Seamos sinceros, las charlas
motivacionales son encantadoras, ¿a quién no le gustan?
Durante unos minutos te
hacen sentir mejor, te permiten ver otras perspectivas, te dicen cosas que a
todos nos gusta oír, y la lista sigue, y además suelen ser cosas que son
verdad. Son fantásticas para darte un empujoncito en un mal día o para hacer un
descanso productivo durante la jornada laboral.
Sin embargo sus efectos duran
menos que un chupa-chups en la puerta de un colegio. Es decir, no producen
cambios significativos ni medibles en las organizaciones, porque no los
producen en las personas.