Una de las mejores cosas de internet
es que se pueden compartir buenas ideas y cosas que nos benefician a todos.
Por eso, y aunque espero que la
mayoría de los que leéis el blog hayáis visto este video, aquí os lo dejo para
que lo podáis compartir y disfrutar, sólo traspasando nuestros propios límites
podemos conseguir lo que realmente queremos.
La conferenciante es Jill Bolt
Taylor y es neurocientífica, siendo su campo de investigación el cerebro.
Siendo científica y sabiendo cómo funciona el cerebro tuvo un ictus, y pudo experimentar en sus propias carnes los cambios, los pensamientos
y las sensaciones que ocasiona y que a punto estuvo de costarle la vida,
dejándole sin poder moverse, ni hablar, ni siquiera podía entender el
significado de una pregunta (que parece que le hacen a todos los americanos en
el hospital): ¿Quién es el Presidente de los EE.UU?
En este caso, su experiencia es un ejemplo de coraje y
determinación, que le llevó a no creer lo que los médicos le decían y a seguir
su instinto y su intuición: las funciones que hayas recuperado en seis meses
son las únicas que vas a tener, después de ese tiempo no es posible conseguir
mejoras en el movimiento, procesamiento mental, pensamiento lógico, etc.
Como podéis ver en el vídeo está vivita y coleando, habla y camina perfectamente y además ayuda a personas que han tenido esa experiencia, con un mensaje: NO TE RINDAS. Todos sabemos ahora (bueno o casi todos) que el cerebro es plástico y cambia con lo que hacemos y con lo que pensamos, pero hay todavía profesionales de la medicina que (como en cualquier otra profesión) tienen creencias que les limitan a ellos, y también a sus pacientes, aunque cada vez son menos, por eso es importante que historias como ésta se difundan.
Como podéis ver en el vídeo está vivita y coleando, habla y camina perfectamente y además ayuda a personas que han tenido esa experiencia, con un mensaje: NO TE RINDAS. Todos sabemos ahora (bueno o casi todos) que el cerebro es plástico y cambia con lo que hacemos y con lo que pensamos, pero hay todavía profesionales de la medicina que (como en cualquier otra profesión) tienen creencias que les limitan a ellos, y también a sus pacientes, aunque cada vez son menos, por eso es importante que historias como ésta se difundan.
La recuperación de Jill consistió en ejercicios diarios durante horas que fueron cambiando y entrenando su cerebro de nuevo en hacer cosas que su cerebro durante el ataque desaprendió a hacer, y tuvo que empezar por el principio como los niños, pero poco a poco y por medio de la repetición consiguió tener las mismas capacidades que tenía antes de el ataque.
Fue el Premio Nobel español Santiago Ramón y Cajal quien en 1904
habló de la capacidad del cerebro de, mediante el pensamiento, cambiar su
fisiología. Jill Bolt Taylor es un claro ejemplo de lo que nuestros
pensamientos nos pueden ayudar a cambiar nuestra vida.
Espero que lo disfrutes. Gracias Dori por recordarme este
vídeo.
Y si quieres ver otras historias con ejemplos de superación
personal:
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