Cuando hacemos un ejercicio de
introspección y de indagación para averiguar qué es lo que creemos acerca de
cualquier asunto, nos suele resultar extraño pero sobre todo sorprendente
descubrir qué es lo que realmente pensamos.
Muchas veces lo que creemos y lo
que sentimos no es lo que creemos que es o que debería ser, y suele estar
mezclado con creencias de otros, por ejemplo las críticas, y también lo que
percibimos en el medio ambiente en el que nos movemos.
No sólo percibimos lo que se
dice, también percibimos lo que se siente, aunque a veces no seamos conscientes de ello. Seguro
que alguna vez has entrado en un sitio donde había más personas, y sin que
ninguna de ellas te mirara te has sentido incómodo, has percibido tensión,
enfado, o alguna otra emoción (que no tenía que ver contigo) y sin embargo no
te has sentido bien, y casi seguro habrás hecho lo que podías para salir de
allí.
Quiero decir que lo que creemos
no sólo viene determinado por lo que nos parece más obvio, a veces hay mucho
más detrás de lo que parece, y es ese algo el que a veces hace que tomemos
decisiones que no entendemos.
Creo que lo que mejor ilustra lo
que quiero decir es este excelente vídeo.
Lo peor es el dolor que esos
pensamientos causan en otros, pero también en nosotros mismos, como por ejemplo
el niño al que le preguntan en qué se parece a uno de los muñecos, y
desconcertado y con cierto miedo busca una respuesta que le cuesta encontrar
(las orejas) para no ser identificado con lo que él cree que es el muñeco malo.
Si él cree que se parece al muñeco malo pensará también que él es malo. La mera
constatación del dolor que muchos niños tienen que sufrir, como el del ejemplo
que acabo de poner, es mucho más importante de lo que creemos, porque puede (y
con frecuencia lo hace) determinar el futuro y la forma de actuar de ese futuro
adulto.
Estos niños no son racistas, y sus familias casi seguro que tampoco. Sólo están reflejando estereotipos, y nos ayudan a ver hasta qué punto no sabemos qué es lo que creemos sobre algo.
Estos niños no son racistas, y sus familias casi seguro que tampoco. Sólo están reflejando estereotipos, y nos ayudan a ver hasta qué punto no sabemos qué es lo que creemos sobre algo.
Madre mía, qué razón tienes con lo de entrar en sitios con "mal rollo"...
ResponderEliminarDe jovencita me pasaba que al ser muy vergonzosa, el "buenos días" que daba era tan bajito que apenas podían oírme, por lo que algunos no contestaban... y eso daba lugar a que cada vez lo dijeras más bajito y menos gente te contestara y te hicieras "cocos" qué absurdo verdad?
Besotes de una adicta!
Hola Adicta,
ResponderEliminarPues no es absurdo para nada. De hecho es lo más lógico. Si piensas que te pueden rechazar, por miedo lo dices muy bajito, claro que es nuestra propia conducta la que, a veces, refuerza nuestra creencia, si hubieras podido enfrentarte con tu timidez en aquel momento y hubieras encontrado a alguien que te dijera cómo te habría sido mucho más fácil.
Todos solemos huir de lo que nos produce miedo, lo más probable, de hecho, es que evitaras entrar en sitios donde había más gente, para evitar decir el buenos días.
Me alegro de que hayas superado esa etapa, seguro que en aquella época pensabas que no ibas a poder hacerlo, y mírate ahora. ¿Ves como estabas equivocada?
Besos
La diversidad del mundo bloggero lo hace super interesante, este tipo de propuestas distintas son ejemplo de ello.
ResponderEliminarTodos los días aprendemos algo nuevo, gracias por visitarme !!
Besos, Rem
http://fromthelittlevenice.blogspot.com.ar/
Gracias a tí por tu comentario, que disfrutes la semana
Eliminarmuy buen post y muy original!
ResponderEliminarmuchas gracias por pasarte por mi blog y dejarme un comentario! así he podido conocer el tuyo!! Te sigo! ;)
Un besote!!
www.marilynsclosetblog.com
Muchas gracias Marianela.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado la entrada.Te agradezco tus comentarios. Mucho.
Gracias y que tengas una buena semana.
Hola Ana!
ResponderEliminarGracias por tu visita en mi blog. Me gusta muchos tus enseñanzas y reflexiones la verdad que nuestra sociedad sobre toda la latina terminamos siendo racista, pero no porque queramos, sino a veces es un problema cultural. Lo importante es que tu recapacites y puedas discernir lo bueno de lo malo.
Besos
http://annchic.blogspot.com.es/
Hola Ana María.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo. No es racismo, porque no "decidimos" que alguien vale más o menos que nosotros. Es algo que está ahí fuera, son como otras ideas que nos hacen ser tímidos o tristes, y que no sabemos por qué.
Estos niños no son racistas. Sólo "escuchan" lo que hay ahí fuera.