TODOS SENTIMOS ANSIEDAD. ES LA MANERA
QUE TIENE NUESTRO CEREBRO DE DECIRNOS QUE PRESTEMOS ATENCIÓN.
¿Cuántas veces has sentido ansiedad? No te preocupes si no puedes encontrar una cifra, es mucho
más frecuente de lo que parece, aunque te acuerdes de pocas de ellas.
Todos,
en algún momento del día, sentimos esa desagradable, dolorosa y pegajosa sensación de inseguridad que es la ansiedad. Sentimos que no podemos hacer cosas, que no tenemos suficiente seguridad, que estamos atrapados. Sentimos un peso en el pecho, una
sensación de desazón, de desespero,
o simplemente un pequeño malestar,
normalmente en la zona del pecho.
La
ansiedad es como un bebé que no
puede decir que tiene hambre y llora para que le des de comer, sólo que menos agradable
y dulce que un bebé, pero es tu bebé, así que hay que apechugar con él.
CUÁNDO APARECE ANSIEDAD
Cuando
alguien nos dice algo que no nos gusta,
cuando algo hace que nos sintamos amenazados
o que amenace nuestro estatus, cuando alguien a quien queremos no nos quiere o
nos hiere. Cuando nos han hecho o nos están haciendo daño, cuando recordamos el daño que nos han hecho y sentimos que nos van a hacer daño de nuevo. Cuando las cosas, en
definitiva, no están yendo como queremos, es cuando aparece la ansiedad.
Pero la
mayor y más incapacitante causa de ansiedad es un acontecimiento traumático anterior, y que, como todos los traumas
deja una cicatriz que a veces no se cura del todo, y que en ciertas
circunstancias se vuelve a abrir una y otra vez.
ES MÁS FRECUENTE DE LO QUE PARECE
¿Cuántas
veces al día sientes esa incómoda o desagradable sensación de que algo malo ha
pasado o puede pasar?
Puede
que cuando te levantes sientas que
tienes mucho trabajo que hacer hoy y no vas a ser capaz de llevarlo a cabo.
Puede que simplemente se te hayan pegado las sábanas y la perspectiva de llegar
tarde te haya generado ansiedad.
Muchas
de las personas que padecen ansiedad de forma crónica la sienten nada más
levantarse.
Todos
los días nos pasan cientos de cosas que generan pequeños picos de ansiedad que nos acostumbramos a ver como normales,
pero si contaras desde que te levantas cuántas veces has sentido esa sensación
te llevarías una sorpresa.
SÍNTOMAS FÍSICOS
Seguro que lo has sentido muchas veces, todos lo hemos sufrido más o menos veces. Presión en el pecho, parece que te falta
el aire y que algo realmente malo
pasa o la sensación de que va a pasar algo malo.
¿Nunca has tenido una pesadilla y tenido la sensación de que a una persona allegada a tí le había pasado algo y después estaba bien? Sientes la desesperación, desconsuelo, miedo, desconfianza e inseguridad, todo al mismo tiempo o quizás sólo alguna de ellas. Porque la ansiedad es todo eso, y todas esas cosas por separado.
¿Nunca has tenido una pesadilla y tenido la sensación de que a una persona allegada a tí le había pasado algo y después estaba bien? Sientes la desesperación, desconsuelo, miedo, desconfianza e inseguridad, todo al mismo tiempo o quizás sólo alguna de ellas. Porque la ansiedad es todo eso, y todas esas cosas por separado.
Pocas sensaciones son más desagradables. Más bloqueantes. Menos positivas.
El dolor
físico que se siente cuando sentimos ansiedad, con esa sensación de temor que
recorre todo nuestro cuerpo, dolor que parece hundirse dentro y que parece que
no va a desaparecer, es realmente físico, no
está en nuestra imaginación. Es totalmente real. E incapacitante.
QUÉ ES LO QUE NO FUNCIONA E INCLUSO
PUEDE SER PEOR EL REMEDIO QUE LA ENFERMEDAD
La ansiedad es sólo una emoción (nada más y nada menos).
Que
conste, no digo que con pensar que te vas a sentir más tranquilo o confiado lo
vayas a conseguir, o con decirlo con afirmaciones. De hecho en un estudio en el que quienes sentían
ansiedad se les dijo que pensaran que estaban calmados se encontró que no lo
estaban e hicieron tareas mucho peor que quienes afirmaron que sentían ansiedad.
La razón: tú sabes que es mentira, y para ti se pone más de manifiesto aún que
lo es cuando dices que estás calmado, porque comparas cómo te sientes con estar
calmado y sabes que no es cierto, con lo que se intensifica más el estado de ansiedad.
GRADOS DE ANSIEDAD
Hay diversos grados de
ansiedad, no es lo mismo la ansiedad que
sentimos todos cuando nos damos cuenta de que hemos olvidado algo sin
importancia o cuando vamos a hacer algo que es importante
para nosotros y tememos fallar, que la de personas con ansiedad generalizada que sienten
síntomas incapacitantes como pérdida de la voz, pérdida de memoria, problemas
para organizar las ideas, etc.
En cualquier caso, y como con
todo el primer paso a seguir es analizar en
qué situaciones se presenta la ansiedad y en qué grado.
1.
Siempre en las mismas situaciones. Hay que ver cómo
empezó a presentarse, no porqué.
Por ejemplo, detrás de la mayoría de las fobias a hablar en público hay una situación
desagradable relacionada con hablar en público, puede que en una reunión
mientras hablabas alguien hiciera burla o se riera de lo que decías, puede que alguien te dijera que hablas mal en público, etc.
2. Si se
presenta en distintas situaciones fíjate en qué tienen en común, a qué tienes miedo
o tuviste miedo en el pasado, que se presente en distintas situaciones.
Sobre todo
recuerda que lo importante
es soltar las emociones y recuerdos, hablar de ello o razonar sobre el
tema puede incluso llegar a producir el efecto contrario, y cualquier tipo de
terapia enfocada en que hablas mucho del tema, especifiques los detalles,
teorices sobre lo que pasó, sólo va a conseguir el efecto contrario.
De hecho no hay mejor forma de seguir en un problema
que seguir pensando en el problema y no en la solución.
Desactivar la
emoción es la única manera de desactivar el secuestro amigdalar que se produce
cuando nos enfrentamos a una situación similar que produce ansiedad, y dado que
está bien almacenado en la amígdala, por sí sólo no va a desaparecer, así que
si es muy incómodo busca ayuda.
A continuación conviene
comprobar qué estrategias o herramientas
podemos usar que nos hayan funcionado otras veces y que podemos usar
antes de que se dé la situación, preferiblemente, o mientras tiene lugar, subsidiariamente, para bajar la intensidad
de la ansiedad.
LAS AFIRMACIONES NO SIRVEN
De nuevo NO DIGAS ESTOY RELAJADO, sólo conseguirás aumentar tu sensación de
ansiedad. Todos lo hemos hecho intentando sentirnos mejor, y no funciona. Por supuesto esto no es así en el 100% de los
casos, hay personas, que son capaces de inducir un estado de
relajación con sólo pensarlo en cuestión de segundos.
La razón tiene que ver con que
no te puedes engañar
a ti mismo. Si tú sabes que una situación te estresa y
no puedes relajarte y dices que estás relajado ti cerebro límbico se
rebelará, generando resistencia diciendo: oye que te digo que prestes
atención a este tema, a quien quieres engañar, y generará más ansiedad
aún.
Si sabes que te
puedes relajar fácilmente porque lo has hecho otras veces
no existirá ninguna disonancia cognitiva que interfiera con tu relajación y te
podrás relajar, si no tu cerebro verá la trampa y no caerá, al fin y al cabo
está diseñado para no caer.
5 MANERAS DE SENTIRTE MEJOR
PRIMEROS AUXILIOS EMOCIONALES
En este
artículo encontrarás cinco maneras de sentirte mejor que la ciencia ha
demostrado que funcionan, ¡feliz lectura!
Hay algo sutil que nos rodea y nos crea continua ansiedad: la sobreinformación, también llamada infoxicación.
ResponderEliminarGestionar inteligentemente la información sobre un sucesos concreto ayuda bastante a mantener la ansiedad dentro de unos límites aceptables.
Desde luego Jerby la sobreinformación crea muchísima ansiedad, no por la información en sí sino porque son muchos estímulos que tenemos la sensación de no poder gestionar y nos bloquea. Y como todo en exceso la información produce justo e efecto contrario al que buscamos.
EliminarGestionar la información es desde luego una inteligente manera de evitar la sobreexposición a la información o a cualquier otra cosa, por tanto es necesaria para evitar males mayores, y sobre todo mantener el equilibrio.
Gracias por tu comentario Jerby y feliz día.