Espero que te haya sorprendido el
título de esta entrada, esa es la intención. Pero la verdad es que hay cosas
que dan mucha repugnancia.
No veo casi nunca, desde hace
bastantes años, las noticias, incluso escribí un artículo sobre la importancia
de no ver las noticias que no se si se ve ahora, después del hackeo que volvió
del revés este blog y que ha hecho que desaparezca información y aparezca lo
que no lo es…
Como no veo las noticias, y mi
familia en general tampoco, suelo enterarme de las polémicas sólo cuando
alguien se lo cuenta a alguien que me lo cuenta a mí, y suelo enterarme en las
comidas familiares.
La expresión mierda moral no es
mía, es de Íker Jiménez, pero encontré que nada explicaba tan bien como esta
frase lo que se está viendo, lo que está pasando ahora. Mierda moral es falta
de moral, pero no una falta de moral cualquiera, es una moral de doble filo que
sólo sirve para mí y mis creencias, que son perfectas, justas y buenas, las
tuyas, como no son las mías y yo soy superior a ti, porque yo lo digo no valen,
y por eso para alguna gente yo no valgo, y mi vida no vale, y la vida de un
niño de ocho años que no piensa como esa gente tampoco vale.
Fíjate lo que he escrito, la vida
de un niño de ocho años no vale.
Si me hubieran dicho esto cuando
estaba, hace tiempo ya, en el instituto siendo una adolescente, habría dicho
que la persona en cuestión era una enferma, o mejor, un monstruo. Ahora es
igual o peor de horrible.
Y es que me he enterado, y me han
enseñado en un móvil el tuit que encabeza esta entrada, que un espécimen que accidentalmente, y sólo por
casualidad, pertenece a la raza humana, aunque de lejos, ha escrito sobre un
niño de 8 años. Por si lees desde fuera de España, y no lo has oído, un niño de
ocho años en tratamiento por un cáncer, y con la cabecita rapada, quiere ser
torero, y cumpliendo un sueño fue a una corrida de toros.
A una mujer o algo parecido, que
tiene cuenta en twitter le pareció oportuno compartir que un animal para ella
es más importante que un niño, no sólo eso, sino que le deseó la muerte. Ahí es
nada y le dijo que se iba a morir. Creo que pocas veces he visto una bajeza
moral tan grande, y créeme que he visto cosas tremendas.
Por supuesto, la citada valiente,
se vale del anonimato para exponer sus ideas criminales, y claro, cuando
cientos de personas de verdad, no sólo de boquilla, empezaron a contestarle la
burrada eliminó su perfil de twitter, no sea que la policía la pille.
Me imagino cómo se deben de
sentir los padres de ese niño que está luchando contra el cáncer y que tienen
ya lo suyo cada día, en unos momentos tan duros. Supongo que estarán intentando
ocultar a su hijo las barbaridades que ciertos animales escriben de él. Y
espero que ellos tampoco estén viendo esas noticias ni que lean esto. Pero si
lo leen quiero que sepan que somos muchos más los que les apoyamos, lo que
creemos que los nazis que hacen esos comentarios deben sufrir todo el peso de
la ley y los que lo sentimos de verdad y hemos sufrido un poco en nosotros esos
comentarios, que aunque no igual, también nos han dolido.
El comentario, que puedes leer
más abajo, es preocupante.
Pero no es el único caso
preocupante que ha aparecido últimamente.
También esta semana se ha sabido del
caso de una niña de 8 años a la que 12 niños de 14 años torturaron físicamente,
con patadas y golpes. ¿Conoces a algún niño de ocho años? Pues imagina su
pequeño cuerpo en el suelo, siendo inmovilizado hasta el punto de originarle
una fisura en las costillas mientras una panda de animales le dan patadas y se
le provoca un desprendimiento de hígado.
Imagino la furia y el dolor de la
madre que se va inmediatamente al centro escolar a pedir explicaciones y se le
trata como a una delincuente. Cómo cuando la niña cuenta lo que le ha pasado,
una niña pequeña de 8 años que ha sido apaleada por 12 especímenes de la raza
humana le dicen que vaya ¡SOLA! de clase en clase buscando a los agresores.
¿Imagináis el miedo que pasaría mientras lo hacía?
La niña tuvo que ir al hospital
con desprendimiento de hígado y moratones en todo el cuerpo, aunque las heridas
psicológicas serán las peores, porque las pesadillas de quienes han sufrido
maltrato, los sustos, el miedo, no aparece en las radiografías, ni desaparece
como los moratones
Y después resulta que los
agresores siguen yendo al colegio, como si no hubiera pasado nada, y para que
puedan ver que bueno, tampoco va a cambiar su vida nada por una travesura. Los
padres de los demás niños, en buena lógica, han decidido no dejar que sus hijos
corran el mismo peligro y por eso se han negado a que acudan a clase.
Las autoridades educativas han
hecho lo que hacen casi siempre: NADA.
Decir que se está haciendo una
investigación. Siempre están investigando, ¿qué pasaría si se les quitara el
sueldo mientras investigan porque no han hecho nada? Sería un trato paralelo al
que le dan a la niña, sin creer su palabra hasta que la “investigación” se haya
realizado. Teniendo en cuenta que suelen ocultar estos casos porque tienen mala
prensa ¿por qué debería creerles si no tienen ningún crédito?
Menos mal que está la justicia
para arreglar tanta injusticia, aunque los jueces a veces tengan las manos
atadas y bien atadas por leyes injustas sólo para los de siempre, y aunque
quieran no puedan hacer más que lo que la ley les permite, que a veces es muy
poco.
Y qué decir de los que jalean y
corean a los acosadores cuando no sirven de colaboradores necesarios. Bueno, no
hay bullying sin silencio de algunos, no hay acoso sin la connivencia de
quienes “van a lo suyo” y miran a otro lado hasta que tocan lo de ellos, claro,
entonces la situación se convierte en insostenible por arte de magia.
Y mientras, como dice Íker
Jiménez mejor que yo en este vídeo, periodistas, políticos, famosos,
intelectuales intentan quitarle hierro al asunto, al fin y al cabo no es tan
grave, no les afecta a ellos. Prefieren no recibir críticas y aparecer como
personas amables a las que les da igual todo, con comentarios tibios y casi
descartando el tema como niñerías.
Una amiga de mi hermana me contó
cómo su hijo de 10 años le dijo que una niña del colegio era una puta. Ella
paró el coche porque estaba conduciendo, y, aunque la indignación no la dejaba
hablar, le dijo a su hijo que le contara qué quería decir. El niño le dijo que
ella se dejaba manosear por todos y era una puta. Esta madre le dijo a su hijo
con un tono de voz amenazante que era la última vez que quería oírle hablar de
una mujer, y menos de una niña en esos términos, y que como volviera hacerlo
iban a haber terribles consecuencias para él.
Si esta madre le hubiera reído la
“gracia” a este niño ¿cuál habría sido el siguiente paso? Yo, mientras, pienso
en esa niña que a lo mejor para conseguir afecto aceptaba, o no denunciaba, esas
conductas.
¿Qué nos está pasando? ¿Cómo
podemos permitir la violencia por un lado e indignarnos porque sancionan a un
equipo de fútbol como si la vida de una persona dependiera de ello? ¿Cómo se
puede permitir que psicópatas que ya empiezan a mostrar los colmillos desde
pequeños (todos los psicópatas muestran conductas crueles y vejatorias desde
pequeños, ¿recuerdas el caso de Sandra Palo?) se vayan de rositas con un “y no
lo vuelvas a hacer más”?
¿Y los adultos? ¿Qué pasa con
quienes son laxos con la conducta de los violentos y sin embargo cuando a ellos
les ponen una multa se indignan? ¿Dónde está la empatía? ¿Y los que miran a
otro lado cuando ven casos flagrantes porque sus ideas valen más o se sienten
con la autoridad moral de defender este tipo de cosas?
La presidenta del partido
animalista, desde luego el partido en el que debe estar, el de los animales, se
queja de la que se arma con un tuit cuando a ellos les insultan todos los días,
dice. Pero tú no tienes ocho años, impresentable. Y además no tienes cáncer,
impresentable. El término persona o ser humano te viene muy grande.
Y además tú sí insultas a la
gente que no piensa como tú, y conste que no estoy ni a favor ni en contra de
los toros porque me dan igual, y nunca he ido a una corrida de toros. Y si
quitaran los toros para mí no significaría nada.
Suscribo palabra por palabra lo
que dice Íker Jiménez en este vídeo. Ver vídeos como el suyo y a gente
denunciando abusos así, me reconcilia con la raza humana cuando a veces pierdes
la fe en ella por culpa de unos cuantos. Ya está bien de justificar la
violencia, venga de las ideas políticas, de las edades, del lado que sea. Me da
igual, porque ninguna vida está, o debería estar, porque para muchas personas
sí lo está, por encima de las ideas políticas. La vida de las personas lo
primero, la de un niño de 8 años o la niña agredida de 8 años más aún.
Se oculta información de manera
sistemática sobre cosas que alguna gente piensa que no son convenientes, por
ejemplo, las violaciones en diversos puntos de Europa en Navidades por parte de
hombres musulmanes. Sólo se ocultan porque son musulmanes los que lo han hecho
y no se pueden decir esas cosas porque si lo haces alguien te puede decir
xenófobo. Pero imaginás ¿la que se
habría armado si hubieran sido, no sé protestantes o católicos o ateos? Y estaría bien que se hubiera armado en ese
caso, por supuesto.
Así se corre un estúpido velo
sobre la realidad y nos dan información “importante” como quién sale de Gran
Hermano, o qué pasa con el fútbol, cosas trascendentes, vamos. Vergonzoso y muy
poco profesional. Y si no, se dice que la justicia está mediatizada porque te
han pillado con el carrito de los helados llevándote dinero y te están haciendo
un juicio.
El papel de los medios de
comunicación en este lavado de cerebro contínuo es principal para llevar a cabo
la idiotización colectiva y elevar la mierda moral a la categoría de
normalidad.
¿Con este tipo de mentalidad
adónde crees que vamos a ir a parar? No veo a los animales que han apoyado los
comentarios diciéndole a un niño de 8 años que se va a morir cediendo el paso
en un paso de cebra, o cediendo el turno en un supermercado o ayudando a una
anciana a cruzar la calle. Pero seguro que quieren que otros sí lo hagan con
ellos.
Tremendo. Te dejo la excelente reflexión de Íker Jiménez.
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